No sé si alguien en algún momento
se habrá parado a pensar en una cuestión que yo me he planteado según pensaba
en cómo hacer este relato. Nuestra personalidad, nuestra forma de ser, … Además
de tener relación con nuestra educación, la sociedad que nos rodea, ¿no creéis
que está influida también por épocas pasadas? Es decir, ya hemos estudiado el
pensamiento y los valores que rodeaban en las diferentes etapas que se han dado
en la historia.
Todas ellas dan un punto distinto
a las épocas y a la literatura y sin darnos cuenta todas esas características
que están presentes en la literatura muchas veces reflejan la personalidad y el
carácter de las personas del mundo actual.
Como ya sabemos el romanticismo
es la época literaria en la que los sentimientos, la fantasía y el juego entre
estas dos predomina sobre todo lo racional, respetuoso y el orden que se
presentaba en la ilustración.
Particularmente, yo me considero
una mezcla de las dos.
No soy nada individualista, y ni
mucho menos egocéntrica, es más siempre me preocupo más por los demás y por
intentar ayudarlos antes que preocuparme por mí o ponerme como el centro del
mundo.
Dependiendo de la situación en la
que me encuentre, soy más subjetiva o más objetiva. En la vida diaria suelo ser
objetiva y sensata con mis ideas, porque prefiero pensar en la realidad y
aceptar lo que pueda y deba hacer, aunque no me guste. Sin embargo, a la hora
de expresarme, de escribir, actuar… puedo ser más subjetiva porque me gusta ver
las cosas en esos aspectos de otra manera a como lo haría mi yo de verdad, de
forma más fantasiosa, más terrorífica o más feliz y agradable, …
No tengo ninguna obsesión con la
muerte. Me asusta, por un lado, pero sé que, en un momento u otro, que tarde o
temprano llegará mi hora, pero lo acepto y prefiero aprovechar la vida y
vivirla sin la angustia de que me voy a morir porque entonces pienso que no
disfrutaría de nada que la vida me regala: amistad, familia, educación, amor, …
Respecto a los sentimientos y la
razón, pues no sabría que decir porque dependiendo de una situación u otra me
dejo llevar por una u otra, pero sí que es verdad que reconozco que estoy en
una época en la que formas tu personalidad, tu carácter, tu forma de pensar y
de actuar y muchas veces actuamos de una forma más rebelde y en la que nos
dejamos llevar por los sentimientos, aunque ya digo que de normal suelo mirar
más por la razón.
Conmigo misma soy bastante
pesimista y me infravaloro mucho, pero con los demás sin embargo suelo ser
mucho más optimista.
Para nada me considero nada
materialista y siempre miro las cosas desde el modo afectivo y sentimental en
este caso.
Me considero tanto nacionalista
como cosmopolita ya que me gusta apreciar y conservar mi cultura, mis
tradiciones, pero también me encanta conocer cosas nuevas, nuevas culturas y
tradiciones, …
En conclusión, reivindico de
nuevo lo dicho antes y viendo todo lo que he contado para mi desgracia o mi
beneficio, en el día a día no soy muy romántica, pero a través de los sueños y
de mi subconsciente diría todo lo contrario probablemente.
Está muy muy bien, Belén; muy acertada la alusión al movimiento contrario al Romanticismo, porque ambos representan dos actitudes humanas que, en mayor o menor medida, de un modo u otro, todos llevamos dentro. ¡Enhorabuena!
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